¿Qué tan lejos viajas al trabajo todos los días? ¿Cómo pasas ese tiempo?

No para trabajar, pero me lleva aproximadamente una hora y media llegar a mi universidad, y casi al mismo tiempo volver a casa.

¿Cómo paso estas tres horas de viaje? Bueno, yo viajo.

¿Cómo utilizo esta vez? Ah, ahora estamos en una conversación profunda.

Yo leo. Encuentro frases hermosas que captan mi atención y permanecen en mis pensamientos durante semanas.

Yo veo. Miro por la ventana y noto el cielo. Los prados. Los cultivos se mecen con el viento.

Escucho. La canción que había escuchado tantas veces antes revela otra cosa nueva e interesante.

Yo converso. Mi hermanita que se sienta a mi lado en el autobús siempre tiene algo que decirme.

Me río. Reír hasta que me duelan las costillas. Mis amigos en el autobús de alguna manera milagrosamente logran hacer que nuestro viaje sea hilarante.

Yo canto. Y me pregunto si sueno como una vaca mugidora. Sin embargo, canto las canciones que suenan a través de los altavoces.

Yo siesta Es refrescante dejar descansar los sentidos y sucumbir a la tranquilidad.

Yo creo que. Sobre escribir, sobre el día, sobre lo que leo, sobre los exámenes, sobre cualquier cosa que se me ocurra.

No hay horario. Hago lo que tengo ganas de hacer e incluso lo abandono a mitad de camino para cambiar a hacer otra cosa.

La variedad, mi amigo, es lo que me ha estado ayudando.