¿Por qué algunas personas temen viajar en avión?

Algunas personas temen que el avión se estrelle. Otros temen que, psicológicamente, colapsen.

En cuanto a temer que el avión se estrelle, las estadísticas deberían dejar en claro que un accidente está lejos de ser probable, hasta el momento en que la posibilidad no es motivo de preocupación. Pero surge un problema en las personas cuya función reflexiva, la capacidad mental para reflexionar y criticar, los que piensan, es débil y, por lo tanto, vulnerable a las hormonas del estrés. Normalmente, la función reflexiva distingue entre el procesamiento mental realizado al percibir y el procesamiento mental realizado al imaginar. Pero, cuando las hormonas del estrés se acumulan, en las personas cuya función reflexiva es débil, se colapsa. Y la distinción entre imaginación y realidad desaparece; lo que la persona imagina, su avión se estrella, se convierte en su realidad. Esto anula la lógica y las estadísticas. Lea más sobre esto en Miedo puede hacerle creer que lo peor sucederá. ¿Cómo?

En cuanto a estrellarse psicológicamente, muchas personas pueden regular su excitación, ansiedad y miedos solo cuando tienen el control o pueden escapar. Si ese es el caso, ser un pasajero es una situación emocionalmente desafiante, ya que los pasajeros no tienen control de la situación ni escapan de ella.

La respuesta a ambos problemas es fácil: establezca un control automático de las hormonas del estrés que, en el primer caso, hacen que la persona crea que su avión se estrellará, y en el segundo caso, necesita tener el control para autorregularse. Cubro en detalle cómo se logra esto en el libro llamado libro favorito de los editores de Amazon 2014, que puede probar en Soar: The Breakthrough Treatment for Fear of Flying

Porque cuando sucede algo malo en los viajes aéreos, aunque rara vez, tiende a ser una gran noticia. Y si ocurre un choque adecuado, el recuento de cuerpos suele ser muy alto.

También es algo a lo que no mucha gente puede extrapolar su experiencia. Pueden imaginarse que conducir un autobús es similar a conducir un automóvil, solo que el autobús es más pesado y tiene peor manejo, un tren no tiene que girar, pero es realmente pesado, por lo que debe planificar con mucha anticipación, y el barco está, al menos en buenas condiciones, como conducir sobre el agua.
Todo esto es muy simplista, pero ves la idea de un marco de referencia. Para los aviones, no hay ninguno. Y los aviones también son muy complicados, con muchas palancas, botones y medidores, y a diferencia de otros modos de transporte, no pueden detenerse cuando algo está inestable.